El Chucao y el Huedhued por Charles Darwin en Chile


“En todas las partes de Chiloé y Chonos se ven dos aves muy extrañas, que son parecidas y reemplazan al turco y al tapaculo de Chile Central. A la una la llaman los indígenas “cheucau” (Pteroptochos rubecula) (CHUCAO: Scelorchilus rubecula); frecuenta los sitios más sombríos y retirados de las selvas húmedas. Unas veces, aunque su canto pueda oírse muy cerca, a no mirar con gran cuidado se ve el cheucau; otras veces bastará permanecer inmóvil para que el pajarillo se acerque a corta distancia de la manera más familiar. Entonces salta con inquieta rapidez entre la enmarañada urdimbre de cañas y ramaje podrido, con su pequeña cola levantada. El cheucau es objeto de supersticiosos temores para los chilotes, por causa de sus extraños y variados gritos. Hay tres muy distinto: el uno se llama “chiduco”, que es de buen agüero; el otro “huitreu” muy desfavorable, y un tercero, que se me ha olvidado. Dichas voces imitan sus cantos, y por ello se gobiernan sin vacilar los indígenas en muchas cosas. Realmente los chilotes han elegido para profeta a una de las mas cómicas criaturas. Una especie afín, poco algo mayor, lleva el nombre indígena de de “guid-guid” (Pteroptochos Tarnii) (HUEDHUED: Pteroptochos tarnii), y los ingleses le han designado con el nombre de pájaro ladrador. Esta última denominación es muy apropiada, pues desafío a cualquiera que le oiga cantar por primera vez que no le distingue de un perrito ladrando en la selva. Con este ave sucede lo mismo que con el cheucau, es decir, que a veces el observador oye el ladrido a corta distancia, pero en vano se esforzará para descubrir el pájaro, y menos aun si sacude las matas, y, en cambio, otras veces el guid-guid se le acercará confiadamente. Su sistema de alimentación y hábitos generales se parecen mucho a los del cheucau.” Charles Darwin, Diario de Viaje de un Naturalista, Capitulo XIII, Chiloé y Las Islas Chonos.