ENCUENTRO MAGICO, Claudio Gay y un Sietecolores (Tachuris rubrigastra), Chile siglo XIX

Sietecolores
Como se señala en la parte pertinente sobre Bibliografía del presente blog, la obra del notable naturalista Claudio Gay, denominada Atlas de la Historia Física y Política de Chile, es simplemente maravillosa, en ella se describen con especial minuciosidad y cuidado una parte importante de las especies que conforman la fauna y la flora de Chile en finas ilustraciones que son verdaderas obras de arte, formando su conjunto una creación de inapreciable valor para la cultura y las ciencias en nuestro país. Con esta obra ya en el siglo XIX, nuestra naturaleza tuvo la fortuna de quedar descrita al más alto nivel que las ciencias naturales, las artes y la técnica de impresión a esa época permitían, lo cual nos maravilla hasta nuestros días. Que increíbles están las reproducciones que abarcan innumerables tipos de vegetales, mamiferos, insectos, peces, anfibios, moluscos etc . -podría pasar horas y horas observandolas- donde destacan por ejemplo la de la Parrillita (Reyesia (parviflora) chilensis) del Uvillo (Montea chilensis), de la Huiña (Felis guigna), de la Viscacha (Lagidium viscacia), la de la Madre de la Culebra(Acanthinodera cummingii) y tantas otras. En materia de Avifauna Chilena, en el Segundo Tomo, encontramos reproducciones de trece especies, todas ellas realmente increíbles y hermosas , las que tienen hoy las siguientes denominaciones: i. Traro (Caracara plancus), ii. Bailarín (Elanus leucurus), iii. Colilarga (Sylviorthorhynchus desmursii), iv. Siete Colores (Tachuris rubrigastra), v. Loica (Sturnella loyca), vi. Tortolita Cuyana (Columbina picui), vii. Tórtola (Zenaida auriculta), viii. Perdicita Cordillerana (Attagis gayi), ix. Pidén (Pardirallus sanguinolentusi), x. Pidencito (Laterallus jamaicencis salinasi), xi. Tagua (Fulica armillata), xii. Cisne de Cuello Negro (Cygnus melanocoryphus), xiii. Pato Cortacorrientes (Merganetta armata) (existe una obra  sólo sobre esta parte del trabajo de Gay denominada Aves de Chile, Trece Laminas del Atlas de Gay, Santiago
Claudio Gay, Atlas de la Historia Física y Política de Chile
de Chile 1996, Editorial Universitaria). Dentro de este selecto grupo atrae especial atención aquella que se refiere al Sietecolores, pues a diferencia de todas las otras, en este caso el artista, por un momento, pareciera superar a la realidad plasmando en esta notable reproducción un ave con algunos rasgos de apariencia casi mitológicos. Sabemos que para poder realizar esta espectacular obra, Claudio Gay recorrió incansablemente Chile en innumerables viajes realizados todos ellos en un periodo de tiempo que va entre el año 1829 y el año 1841 (año en que le escribió al científico Ignacio Domeyko no haber dejado “ ningún punto de Chile sin haberlo realmente visitado”) , sabemos también que para su materialización debieron transcurrir además más de 10 años de incansable trabajo, en los cuales debió tener que implorar al gobierno de Chile en diversas oportunidades para reunir los recursos para poder pagar entre otros los gastos que demandaban los importantes y reconocidos artistas franceses que debían hacerse cargo de confeccionar los dibujos finales encerrados en sus lejanos altillos parisinos. Todo ello, basados en notas escritas y en bocetos en los que Claudio Gay había descrito minuciosamente sus observaciones realizadas muchos años antes en las tierras desconocidas de un país llamado Chile. A juzgar por su resultado, en el caso del Sietecolores el entusiasmo puesto por el científico en tal descripción debe haber superado todos sus parámetros habituales, inducido no cabe duda alguna, por la gran belleza de esta pequeña especie de las lagunas Sudamericanas, como dice Guillermo Egli "sin duda la más linda de Chile" (ver audios al final); Imaginamos por un instante la situación, en quién sabe que humedal del Chile Central, por una parte Claudio Gay ataviado con gruesas hebillas y su pesado traje y equipos propios de un científico europeo del siglo XIX, entero embarrado y con el agua hasta la cintura, con sus gruesos anteojos empañados por la humedad y con el rostro, cuello y manos cubierto por innumerables picadas de mosquito, haciendo equilibrio, tratando de avanzar agarrado a las Totoras (Typha angustifolia) y demás matas, y por la otra, este minúsculo, delgado y nervioso pajarito, en ese momento, especialmente engrifado y ofuscado, tratando de proteger a su nido y a sus diminutas crías, frente a la invasión del enorme humano ceñido de gran cucalón, el que haciendo caso omiso de su desesperación lo observaba curioso y embelesado lleno de entusiasmo por el descubrimiento, como un niño gigante. Que distintos y distantes mundos se encontraban en aquella ocasión. Por lo expuesto las notas y observaciones del maestro no podían sino reflejar un estado de ánimo en cierta forma sobrenatural, mágico, místico, por ello el dibujo final y resultante del Sietecolores, quedó plasmado para siempre con esa forma tan especial, quizás con más poesía que rigor científico pero simplemente soberbio casi surrealista. (Atlas de la Historia Física y Política de Chile, CLAUDIO GAY, Tomos Primero y Segundo, Lom Ediciones, Centro de Investigación Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos).

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