Los Picaflores, son todos de la familia Trochilidae, tradicionalmente han sido englobados dentro del orden de los Apodiformes junto con los Vencejos, pero recientemente se está tendiendo a otorgarles la categoría de un nuevo orden, el de los Troquiliformes, el que comprende sólo a estas pequeñas aves, que son exclusivas del continente americano que es el llamado Continente de los Picaflores, por ser propios sólo de esta parte del mundo donde esta familia totaliza más 340 especies, de las que la mayoría vive en Sud América, esto es 238 especies, otras 30 lo hacen en América del Norte, entre ellas el ave más pequeña de esa región, el Colibrí Caliope (Stellula calliope) de 8 centimetros, todas ellas con las más variadas formas de picos, colas y colores, y que en América del Sur pueden agruparse conforme a sus denominaciones en más de 20 grupos según pasa a indicarse: i. Picolanzas; ii. Ermitaños; iii. Picos de Hoz; iv. Alas de Sable; v. Jacobinos; vi Colibríes; vii. Coquetas; viii. Esmeraldas, ix. Zafiros; x. Amazilias; xi Diamantes; xii. Brillantes; xiii. Estreyas Andinas; xiv. Rayitos; xv. Incas; xvi. Ángeles del Sol; xvii. Calzaditos o Zamarritos; xviii Metaluras o Colas de Metal; xix. Picoespinas; xx. Cometas; y xxi. Estrellitas o Picaflores Enanos. En el Viejo Mundo el lugar ecológico de los Colibríes lo ocupan los Sumiangas, los que son bastante parecidos y se agrupan en 116 especies, aunque eso sí no poseen las habilidades voladoras de los Picaflores, que son capaces de sostenerse en vuelo frente a la flor mientras le extraen el néctar. En Asía y Australia el lugar de los chupadores de néctar lo ocupan en la cadena de alimentación aquellos de la familia de los Dicaeidos que son más pequeños que los de Europa y se agrupan en 60 especies. Por último en Afríca y en las Islas del Pacífico están los Ojos Blancos que se juntan en otras 80 especies los que ya no son físicamente parecidos a los Colibríes.
El Picaflor Chico conocido también en Chile como Colibrí, tiene predilección por las flores de color rojo especialmente las Fucsias en los jardines y en la selva araucana por su versión nativa que es el Chilco (Fuchsia magellanica) y también los Copihues (Philesia magellanica). Dice Pablo Neruda en su hablar de poeta que “El Colibrí guardó las chispas originales del relámpago y sus minúsculas hogueras ardían en el aire inmóvil”, todo ello haciendo alusión a su plumaje iridiscente y a la velocidad con la que mueve sus alas, unas 50 veces por segundo.
También es muy conocido en Chile el Picaflor Cordillerano (Oreotrochilus leucopleurus), habitante de las montañosas zonas altas de Los Andes, que vive sobre los 2.000 metros del nivel del mar.
Por último entre los Picaflores más comunes en el territorio chileno, está el Picaflor Gigante o Pingara (Patagona gigas), que es uno de los más grandes que existen con 23 centímetros siendo tan solo superado en Sudamérica por el habitante en Colombia y Ecuador, Colibrí Colilargo Mayor (Lesbia victoriae) que en caso de la hembra llega a los 25 centímetros. El Pingara vive hasta los 2.500 metros de altura, nos visita en la época de verano viniendo del trópico, esto es desde Venezuela y Brasil; y tiene una marcada predilección por la flor del Chagual también conocido como Cardón o Montera (Puya chilensis), habita desde las playas hasta la precordillera de Los Andes, es agresivo con otros Picaflores y sus nidos son de barro proporcionalmente pequeños para su tamaño, los que adhiere a las ramas especialmente de Palque Extranjero, Álamo y Eucaliptus, una vez que cría a sus pequeños regresa al Trópico a pasar el invierno.
Radicados en una zona geográfica particular del territorio, pero no por ello menos importantes, son el Picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis) que es el ave de mayor riesgo de extinción en Chile por la introducción de gatos y ratas en la isla frente a las cuales es demasiado confiado y el antes indicado Picaflor de Arica (Eulidia yarrelli), que es endémico de Chile, del que se dice que recuerda un insecto en vuelo. OMORA, Picaflor Colibrí, Un Pequeño Gigante, Historia Yagan
Bibliografía:
i). Adriana E. Hoffmann J. Flora Silvestre de Chile, Zona Araucana.
ii). Adriana E. Hoffmann J. Flora Silvestre de Chile, Zona Central.
iii). Alicia Hoffmann e Iván Lazo, Aves de Chile.
iv). Álvaro Jaramillo. Aves de Chile.
v). Bryan Richard. Aves del Mundo.
vi). Colin Harrison y Alan Greensmith. Aves del Mundo, Manual de Identificación.
vii). Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes. Las Aves de Chile, Nueva Guía de Campo.
viii). Enrique Couve y Claudio Vidal. Aves de Patagonia, Tierra del Fuego y Península Antártica.
ix). Enrique Couve y Claudio Vidal. Aves Torres del Paine, Guía de Campo.
x). Guillermo Egli y Juan Aguirre. Aves de Santiago.
xi). Jorge Rodríguez Mata, Francisco Erize y Maurice Rumboll. Guía de Campo Collins, Aves de Sudamérica.
xii). Rupert O. Matthews. Pájaros del Mundo
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