“En cuanto a las aves, las más notables son las dos especies del género Pteroptochos (megapodius y albicolllis de Kittliz). El primero, llamado por los chilenos el "turco" (TURCA: Pteroptochos megapodius) tiene el tamaño de un zorzal, pareciéndosele bastante; pero sus patas son más largas, la cola más corta y el pico más fuerte; el color tira a pardo rojizo. El turco no es raro en la campiña. Vive en tierra, oculto en los matojos de vegetación diseminados en las áridas y estériles montañas. Con su cola recta y patas como zancos, vésele de cuando en cuando saltar de un arbusto a otro, con desusada rapidez. Realmente cuesta poco trabajo imaginarse se avergüenza de si propia, conociendo que, su figura es en extremo ridícula. Al verle por primera vez uno se siente tentado a exclamar: "¡Algún ejemplar horriblemente disecado ha revivido y escapado de las vitrinas de un museo para buscar refugio en estos sitios!". No puede echar a volar sin grandes esfuerzos, y tampoco corre, sino salta. Los variados gritos que deja oír cuando está escondido entre los arbustos son tan extraños como su figura. Se dice que construye su nido en un profundo agujero bajo el suelo. Disequé varios ejemplares, y en las mollejas, que son muy musculosas, encontré coleópteros, fibras vegetales y pedrezuelas. En atención a este carácter, a la longitud de sus patas, dedos provistos de uñas apropiadas para escarbar, membranas nasales y alas cortas y arqueadas, este ave parece relacionar hasta ciertos punto los zorzales con el orden de las gallináceas. La segunda especie ( o P. albacollis) es afín a la primera en su forma general. En el país le llaman "tapaculo" (TAPACULO: Scelorchilus albicollis)
Birds that Live in Chile / Vögel, die in Chile leben / Les oiseaux qui vivent au Chili
La Turca y el Tapaculo por Charles Darwin en Chile
“En cuanto a las aves, las más notables son las dos especies del género Pteroptochos (megapodius y albicolllis de Kittliz). El primero, llamado por los chilenos el "turco" (TURCA: Pteroptochos megapodius) tiene el tamaño de un zorzal, pareciéndosele bastante; pero sus patas son más largas, la cola más corta y el pico más fuerte; el color tira a pardo rojizo. El turco no es raro en la campiña. Vive en tierra, oculto en los matojos de vegetación diseminados en las áridas y estériles montañas. Con su cola recta y patas como zancos, vésele de cuando en cuando saltar de un arbusto a otro, con desusada rapidez. Realmente cuesta poco trabajo imaginarse se avergüenza de si propia, conociendo que, su figura es en extremo ridícula. Al verle por primera vez uno se siente tentado a exclamar: "¡Algún ejemplar horriblemente disecado ha revivido y escapado de las vitrinas de un museo para buscar refugio en estos sitios!". No puede echar a volar sin grandes esfuerzos, y tampoco corre, sino salta. Los variados gritos que deja oír cuando está escondido entre los arbustos son tan extraños como su figura. Se dice que construye su nido en un profundo agujero bajo el suelo. Disequé varios ejemplares, y en las mollejas, que son muy musculosas, encontré coleópteros, fibras vegetales y pedrezuelas. En atención a este carácter, a la longitud de sus patas, dedos provistos de uñas apropiadas para escarbar, membranas nasales y alas cortas y arqueadas, este ave parece relacionar hasta ciertos punto los zorzales con el orden de las gallináceas. La segunda especie ( o P. albacollis) es afín a la primera en su forma general. En el país le llaman "tapaculo" (TAPACULO: Scelorchilus albicollis)