PRÓLOGO, Detenerse tan solo un momento

Resulta habitual que transitemos por la vida y el paisaje, apurados, atareados, saltando inconscientes de uno a otro quehacer, de "mata en mata" dicen en el campo, cumpliendo múltiples tareas, deberes y exigencias que nos han o nos hemos impuesto y auto impuesto, sin detenernos siquiera un instante para percibir en toda su magnitud la enorme riqueza y diversidad de la que se compone nuestro entorno y existencia. Vivimos vertiginosamente corriendo desesperadamente, insensibles, ciegos, sordos y mudos hasta el final de nuestros días, sin habernos preocupado de hacer aunque fuera tan sólo un pequeño paréntesis, para ver, mirar, oír, escuchar y descubrir lo que a cada uno nos está guardado en este mundo, donde han sido dejadas para nosotros las más sutiles y múltiples maravillas. Este blog sólo pretende aportar un pequeño grano de arena para aquellos que un día, incluso sin saber bien porqué, por un pequeño instante se detuvieron, hicieron una pausa y percibieron que viajaban acompañados por un sinfín de melodías y formas llenas de vida, y se interesaron en conocer y descubrir las Aves que Viven en Chile.
LAS AVES QUE VIVEN EN CHILE cuenta con los audios del notable Ornitologo Sr. GUILLERMO EGLI (instroducción de la Obra VOCES DE LA FAUNA CHILENA 1998):

El simpático Chincol o Chingolo (Zonotrichia capensis)

Si hay algún habitante alado característico, presente en casi todos los ambientes de Chile, conocido y común, es sin duda alguna el simpático y querido Chincol, conocido a nivel mundial con el nombre de Chingolo Común (en inglés: Rufous-collared Sparrow/ en francés: Bruant chingolo/ en alemán: Morgenammer); amigo, manso y confiado compañero de niños y grandes, reconocido por su simpatía que explota al máximo con su armonioso canto que creen que pregunta por su misterioso Tío Agustín, que según dice la creencia popular era un compositor de quebradura de huesos. Canta especialmente en la madrugada y también en el crepúsculo, a veces canta de noche cuando algo lo asusta. Cuando era niño mi abuela María, ya lo he contado antes en este blog, la que quedó ciega alrededor de los 50 años por Glaucoma, apenas escuchaba su inconfundible canto de tres silbos
gorgeados seguidos de un trino, se inundaba de alegría y se ponía a silbar igual que el pequeño y dulce cantor, es quizás por ello el Chincolito siempre ha tenido un especial significado para mí y para mi madre. El Chincol, habita en Centro y Sudamérica desde el sur de Mexico hasta donde el continente termina en el fín del mundo en el Cabo de Hornos, a excepción del bosque tropical de la Amazonía y de la cuenca del Orinoco. La ornitología al describir su canto señala que posee una canción sencilla con una serie de silbidos y un trino terminal, que tiene variaciones ya que puede ser dulce y quejumbroso, se dice que en países como Ecuador y Costa Rica su repertorio puede ser hasta de nada menos que siete melodías, a diferencia de más al sur, como ocurre en Chile y en Argentina donde interpreta una sola canción. En la enorme extensión geográfica en la que se le encuentra, se ha descubierto que sus trinos tienen notables variaciones, las que se cree, cambia debido a las alteraciones en el paisaje de los distintos hábitats, el que naturalmente tiene diversas acústicas, así en los pastizales da trinos con tonalidades más altas, en contraste con el borde de los grandes bosques donde en cambio son más bajos. Se dice que posee dialectos y repertorios geográficamente diferenciados. En general recuerda a un Gorrión (Passer domesticus), pero es menos dado al gregarismo y es mucho más discreto en todas sus rutinas, vive en espacios abiertos, principalmente en lugares habitados, desde el nivel del mar hasta las grandes alturas andinas donde llega a los 4.600 metros, recorre caminos y parques no teniendo inconveniente alguno en vivir cerca de las viviendas humanas; en el suelo camina dando saltitos, la creencia popular dice que ello se debe a que le quebraron las canillas en un disputado juego de chueca (antiguo juego mapuche con bastones, como en el hockey). En Chile, se distinguen cinco razas de esta especie, la mayoría similares, denominadas, Z. chilensis, que es la mas difundida en el país, Z. antofagastae, Z. peruviensis, Z. sanvorni y Z. australis. Esta última es la de mayor tamaño. En cuanto a su alimentación, es principalmente granívoro, aunque puede decirse que ella es bastante variada comprendiendo semillas, frutos y artrópodos, dependiendo de la época del año y su disponibilidad. Normalmente se alimenta en el suelo, donde suele escarbar con las patas. En el Norte de Chile usualmente pica detrás de las flores de Yaro (Dunalia spinosa), para extraer el néctar. A los individuos que no se están reproduciendo en pareja y a los jóvenes se les puede observar en pequeñas bandadas, en cambio los que si están enlazados son monógamos, cabe señalar que ambos sexos son prácticamente indiferenciados; la encargada de construir el nido es la hembra, que lo sitúa en el suelo en agujeros y en la vegetación hasta la altura de un metro, también en huecos, en barrancas. Tiene la forma de una sencilla taza y es compacto, elaborado prolijamente con hierbas y fibras vegetales y con un forro de material muy fino que puede incluir cabello, donde pone 4 a 5 huevos de color azul verdoso pálido con densas manchas marrones. La incubación es de 12 a 13 días, después los pichones permanecen en el nido 11 a 12 días, siendo alimentados por ambos padres. Como son excelentes y reconocidos buenos progenitores, es bastante habitual que el nido sea parasitado por el Mirlo (Molothrus bonaerensi), por ello es común ver a esta pequeña avecilla alimentando juveniles pardos de esta especie, que son de mucho mayor tamaño, situación que llama la atención del observador. Es
una especie cuya conservación no se encuentra amenazada. La íntima relación del hombre con el Chincol se ve brillantemente plasmada en los versos de Pablo Neruda, que dice: “Me despertaste ayer, amigo y salí a conocerte: el universo olía a trébol, a estrella abierta en el rocío: quién eres y por qué cantabas tan tímidamente sonoro, tan inútilmente preciso? Por qué subía el surtidor con la exactitud de tu trino, el reloj de una gota de agua, tu pequeño violín fragante preguntándole a los ciruelos, al manantial indiferente, al color de las lagartijas, preguntando preguntas puras que nadie puede contestar? Apenas te vi, pasajero, músico mínimo, tenor de la frescura, propietario de la pureza matutina, yo comprendí que devolvías con tu pequeña flauta de agua tantas cosas que habían muerto: tantos pétalos enterrados bajo las torres del humo, en el gas, en el pavimento, y que con tu acción de cristal nos restituyes al rocío”. Leyendo y releyendo la obra madre de la ornitología de Chile y de Latinoamerica, me refiero a Las Aves de Chile su Conocimiento y sus Costumbres, me encuentro con el siguiente párrafo: "Muy conocido y apreciado entre el pueblo, el Chincol ha sido objeto de varios refranes y versos, especialmente entre los escolares de los cuales citaremos como muestra el siguiente: "En una noche de Dios, me levanté muy tempranito, y saben con que soñé, con un lindo chincolito. Tan lindo era, muchos saltitos daba, la colita meneaba, y el moñito lo paraba. Disculpen señores míos, que este sueño, no pudo ser más largo, porque luego desperté". En cuanto a algunas antiguas tradiciones de nuestro país, los chilotes piensan que si el Patriota, así le dicen, se detiene en la puerta de la casa, anuncia visitas, si canta cerca de la casa es señal de lluvia y si lo hace a medianoche, indica buen tiempo. Además, dicen que su canto presagia la llegada de una carta con buenos sentimientos y que si persigue a una mujer esta se casará con un indígena. Los patagones, señalan que si canta de noche está anunciando visita. Los selk’nam, habitantes del confín del mundo, creen que el moño y la mancha blanca del cuello le quedaron después de una feroz pelea con una Loica, cuando ambos eran humanos y esta última, en la gresca lo tomó por el pelo y el pescuezo. Los mapuches piensan que el Chinkol, como dicen, que por tener su copete cual lonko de Arauco, algún día descubrirá y desenterrará el hacha del mítico toki que fué Caupolicán.  

Bibliografía:
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1. Álvaro Jaramillo; Aves de Chile.- 
2. Braulio Araya M. Y Guillermo Millie H.; Guía de Campo de las Aves de Chile.-
3. Carlos Julio Kovacs, Ors Kovacs, Zsolts Kovacs y Carlos Mariano Kovacs; Manual Ilustrado de las Aves de la Patagonia, Antártida Argentina e Islas del Atlantico Sur.- 
4. Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes; Las Aves de Chile Nueva Guía de Campo.-
5. Enrique Couve, Claudio F. Vidal y Jorge Ruiz T.; Aves de Chile Sus Islas Oceánicas y Península Antártica.- 
6. Enrique Couve y Claudio Vidal; Aves de Patagonia, Tierra del Fuego y Península Antártica Islas Malvinas y Georgia del Sur.- 
7. Fernando Claro y Juan José Donoso; Geografía de Pájaros Chile Central.- 
8. Hernán Emilio Povedano y María Victoria Bisheimer; Aves Terrestres de la Patagonia Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.- 
9. Josep del Hoyo, Andrew Elliott y David Chritie; Handbook of the Birds of the World, Volumen 16.-
10. Josep del Hoyo y Nigel J. Collar; Illustrated Checklist of the Birds of the World HBW and Bird Life Internatonial, Volumen 2 Passerines.-
11. J. D. Goodall, A. W. Johnson y Dr. R. A. Philippi B.; Las Aves de Chile su Conocimiento y sus Costumbres, Tomo I, año 1946.-
12. Juan C. Torres Mura, Gonzalo E. González C. y Daniel E. Martínez P.; Fauna de Chile: Vertebrados de la Zona Mediterránea.- 
13. Manuel Marín; Lista Comentada de las Aves de Chile.- 
14. Marcelo Canveri, Pablo Canaveri, Gustavo Rodolfo Carrizo, Guillermo Harris, Jorge Rodríguez Mata y Roberto J. Stranek; Nueva Guía de las Aves Argentinas.- 
15. Marco Cisternas y Daniel Martínez; Aves del Huinay una Guía de Campo para Chiloé Continental e Insular.- 
16. Pablo Neruda; Arte de Pájaros.- 
17. Ricardo Rozzi; Guía Multi-étnica de Aves de los Bosques Templado de Sudamérica Austral.- 
18. Robert S. Ridgely y Paul J. Greenfiel; Aves del Ecuador Guía de Campo.- 
19. Sharon Chester; Flora y Fauna de Chile Guía de Identificación.- 
20. Sonia Montecinos Aguirre; Mitos de Chile, Enciclopedias de Seres Apariciones y Encantos.- 
21. Thomas S. Schulenberg, Douglas F. Stotz, Daniel F. Lane, John P. O’Neill y Theodore A. Parker III; Aves de Perú.-
22. Tito Narosky y Darío Yzurieta; Aves Argentina y Uruguay Guía de Identificación.-

Flamenco Chileno - Chilean Flamingo - Phoenicopterus chilensis

Esta maravillosa ave pertenece a la familia denominada Phoenicopteridae la cual comprende dos géneros que se denominan respectivamente Phoenicopterus y Phoenicoparrus. Son aves acuáticas, grandes y gráciles, zancudas muy características, de patas y cuello largo y elegante con pico grueso y anguloso o quebrado o enroscado, dicen algunos entendidos, los que en su interior están cubiertos de lamelas o laminillas que usan para filtrar microorganismos en el agua con la cabeza baja vadeando en el agua con el pico sumergido y boca abajo, tienen membranas en sus patas pero pocas veces nadan, solo cuando el agua se hace más profunda. En ambos géneros podemos encontrar tan sólo cinco especies que se reparten por parte importante de nuestro planeta, principalmente América y África. Así el Phoenicopterus ruber, que es el más cosmopolita de todos, habita entre otros lugares en el borde norte de Sudamérica, en el sur de Norteamérica y en la península del Yucatán de Centroamérica, aunque ya hay estudiosos que lo distinguen de aquél que habita en el resto del mundo que sería el Phoenicopterus roseus y que se encuentra en el continente africano, en la ribera norte de Mar Mediterráneo y en diversos lugares del sur de Asia, aledaños a Arabia a la India y al Mar Caspio. En cambio el Phoeniconaias minor, sólo es una especie propia y más bien especifica de África, aunque se le puede encontrar en algunos reducidos puntos de Asia. Las otras tres especies de Flamenco comparten territorio en la parte sur del Conosur americano, son altamente gregarias y prefieren el agua salada o salobre, siendo la más abundante en cuanto a la extensión de territorio en la que se emplaza el Phonenicopteterus chilensis, especie que además de Chile, puede encontrársele en el sur este de Brasil, también en Argentina, Uruguay y Paraguay, como además en Bolivia, Perú e incluso en Ecuador donde no hay otros Flamencos y es más bien escaso. Sin duda alguna el lugar privilegiado para observar a estas aves es el Altiplano de los Andes que comparten Chile, Argentina, Bolivia y Perú, esto dado que es en esa zona de la tierra es donde se pueden encontrar tres de las cinco especies de Flamenco, esto es el Flamenco Chileno, la Parina Grande Phoenicoparrus andinus y la Parina Chica Phoenicoparrus jamesi, todos de plumaje rosado, el primero con las alas plegadas se ve solo rosado siendo mas intenso en la cola, en cambio a los dos últimos en tal situación se les ve una mancha negra en la cola, en vuelo es muy difícil diferenciarlos. El Flamenco Chileno, habita en marismas costeras, en estuarios y en lagunas y lagos especialmente de agua semisalobres desde el nivel del mar hasta alturas de alrededor de 4.800 metros. Se le pude encontrar en gran variedad de ambientes húmedos con escasa o nula vegetación como salares, lagunas altoandinas, lagunas litorales, marismas intermareales, albuferas, estuarios o bahías marinas resguardadas de baja profundidad. A veces en lagos de agua dulce con peces, solo temporariamente o durante migraciones y a diferencia de los otros Flamencos. A mediados del siglo pasado en Chile era habitual encontrarlos durante el invierno en las lagunas bajas y costeras del Chile Central para asilarse en las lagunas altas de Los Andes en las épocas estivales, especialmente en la Laguna del Maule que era un grán lugar nidificación. Hay numerosos registros de Flamencos Chilenos en los relatos del antiguo Chile Central de hasta el siglo XIX en lugares hoy impensados, tales como por ejemplo la cercana a Santiago Laguna de Aculeo, donde ya nadie recuerda de su existencia. Se piensa que ya no es así por la intervención del hombre. Normalmente hoy en día resulta abundante en lagos sin peces, la mayoría de los cuales suelen ser de alta salinidad y o también que se secan periódicamente, lugares que son más bien apartados de la vida humana en el Altiplano. En Chile si bien ocupa todo el territorio nacional hay una enorme diferencia en la concentración de su población. Es frecuente en el Altiplano, con colonias de nidificación en los salares de Surire, Huasco, Coposa y Atacama. En el extremo austral la población es numerosa, allí es conocido como visitante estival para nidificar en Magallanes y Tierra del Fuego, desde donde llega en pequeños grupos como visitante invernal a algunos puntos costeros de Chiloé, tales como el estuario del Lloncachaigua. En el mes de septiembre, las bandadas vuelan hacia el norte de Tierra del Fuego, donde no es raro verla también en invierno, es la única especie de Flamenco que llega a esas latitudes.Vuela en forma lenta batiendo con fuerza sus alas, como un "ángel rosado que traía un pausado vuelo", dice el grán Pablo Neruda, y siempre derecho con sus patas y su cuello extendidos formando escuadrones lineales o en forma de V, es gregaria, tímida y muy sensible que cuando un intruso se acerca se aleja caminando para mantener siempre la distancia, si el peligro persiste emprende el vuelo en bandada, para despegar debe efectuar una larga y esforzada carrera donde antes de elevarse pareciera correr y chapotear sobre la superficie líquida, cuestión que también realiza aunque en el inicio estuviere nadando. Estas aves se reproducen en las partes alta de Los Andes y también a lo largo de la costa del Pacífico, anidan desde el mes de octubre al mes de marzo, en la última etapa en el Altiplano, nidificación que depende de la oferta del ambiente acuático, por lo que no la realizan necesariamente todos los años ni en el el mismo lugar. Las colonias de anidación son generalmente de hasta 6.000 parejas. En Los Andes, a menudo anida junto a la Parina Grande y a la Parina Chica. Normalmente se reproduce en islas e islotes de barro o grava que forman en las partes bajas de las agrupaciones de agua, además se le ha observado anidar en las islas rocosas y en los márgenes en el sedimento donde terminan los grandes hielos. Su nido es generalmente un cono truncado fabricado en playas barrosas y poco accesibles con barro que en su parte superior tiene un recipiente poco profundo; pero en las islas rocosas donde no hay barro, pone sus huevos en el suelo desnudo. Tras extrañas danzas rituales de conjunto, ponen 1 huevo ocasionalmente 2 de color blanco, que deben incubar ambos padres por un periodo de 27 a 31 días, durante este periodo son extremadamente sensibles, cualquier intrusión hace que abandonen su nido; los polluelos nacen con un color gris pálido, los adultos los alimentan regurgitándoles comida, contactando para ello apenas la punta de los picos. El periodo de cría se extiende de 70 a 80 días, resulta muy interesante que reunen a los pequeños en guarderías las que son vigiladas por algunos adultos. Esta especie de Flamenco tiene e iris amarillo y una envergadura de unos 106 centímetros, sus piernas son en los adultos grises más bien celestes con características rodillas y patas rojas, posee un dedo posterior a diferencias de sus primas, la Parina Grande de unos 100 centímetros de envergadura la que posee piernas amarillas y la Parina Chica, de tan sólo 90 centímetros que en cambio las tiene de color Naranja. El Flamenco Chileno tiene el pico blanco o gris con su extremo negro, en los otros dos esa parte blanca es amarillenta, siendo en la Parina Chica el más llamativo porqué en su base y hasta el ojo tiene un hermoso color rojo. Los juveniles son marrones. En cuanto a su alimentación, prefiere los invertebrados acuáticos, incluyendo crustáceos, por ejemplo, gambas de salmuera Artemia, copépodos Boeckella, cladóceros, ostrácodos y anfípodos; larvas y pupas de dípteros, incluyendo los quironómidos Paratrichocladius y salmuera moscas Ephydra , corixids, y caracoles. Casi siempre se alimenta en la interfaz del sedimento y el agua, a menudo con todo su cuello sumergido, avanzando de manera constante y casi siempre en línea recta. También en ocasiones gira en un solo punto pisando fuerte en el mismo lugar o moviendo sus piernas, buscando así remover el sedimento del fondo. Aparentemente más común en algunos lagos donde la planta acuática Ruppia forma alfombra escasa, que en la parte inferior se encuentra repleta de invertebrados. Los grupos de Flamencos de vez en cuando nadan a la derecha filtrando cladóceros planctónicos en la superficie del agua. Resulta extremadamente curioso verlos cuando reposan, tanto dentro como fuera del agua, ya que se apoyan en una sola pata y esconden la cabeza entre las plumas del dorso, a lo lejos parecen verdaderos paraguas de color rosado. Su conservación se estima como no amenazadas a nivel mundial, aunque actualmente está entrando en un status que pude considerarse como casi amenazada. Es la especie más numerosas y extendida de Flamencos en América del Sur, donde un censo coordinado en 2010 encontró 283.000 aves y se estima la población mundial de 200.000 a 300.000 individuos. La especie probablemente ha disminuido ya que en la década del 70 se estimaba que su población alcanzaba en 500.000 individuos. La aparente caída en número desde luego pueden ser engañosas y conteos recientes, utilizando una metodología mejorada, indican que las disminuciones pueden no haber sido tan grave, es probable que haya sido sometido a la recolección de huevos intensiva desde la llegada del hombre en América del Sur, incluso en los últimos años, los recolectores de huevos han sido responsables de la falta de reproducción parcial o total de colonias ubicadas en Bolivia. Estimaciones posteriores a 1980 sugirieron que había 100.000 individuos en Argentina; hasta 30.000 en Chile; y decenas de miles en Perú y Bolivia. Una marcada disminución se ha observado en Chile y en Argentina, debido a la alteración del hábitat por la intervención humana. En este punto hay que señalar la sobreexplotación de los acuiferos por la actividad minera, a la que se ha incorporado últimamente la extracción del litio, que es del todo exigente en la cantidad de agua que utiliza. Sus principales enemigos naturales en el Altiplano Andino son los Zorros Lycalopex culpaeus y los Gatos Monteses Leopardus jacobita, los que los cazan en la mañana, cuando no pueden escapar por que sus patas están atrapadas en las aguas que se han congelado durante la noche. Esta especie se reproduce bastante bien en cautividad y quizás ahí se encuentre un nuevo peligro para su estado natural. 
*Ver enlace: FLAMENCOS Y PARINAS
*Ver enlace: FLAMENCO CHILENO
Bibliografía: 
-Fotografía, Gabriel Cartes Jara. 
-Arte de Pájaros, Pablo Neruda. 
-Aves de Chile, Álvaro Jaramillo. 
-Aves de Chile, Alicia Hoffman e Iván Lazo. 
-Aves del Ecuador, Robert S. Ridgely y Paul J. Greenfield.
-Aves del Huinay, Marcos A. Cisternas Vega y Daniel E. Martínez Piña.
-Aves, Guía de Campo Collins, Jorge Rodríguez Mata, Francisco Erize y Maurice Rumboll. 
-Aves, Torres del Paine, Guía de Campo, Enrique Couve & Claudio F. Vidal. 
-Aves Argentina Uruguay, Guía de Identificación, Tito Narosky y Darío Yzurieta. 
-Aves Argentinas, Tito Narosky y Marcelo Ruda Vegas. 
-Aves de Perú, Thomas S. Schulenberg, Douglas F. Stotz, Daniel F. Lane, John P. O'Neill y Theodore A. Parker III. 
-Bird of Patagonia, Tierra del Fuego y Peninsula Antartica, Enrique Couve y Claudio Vidal. 
-Flora y fauna de Chile, Guía de Identificación, Sharon Chester. 
-Guía de Campo de Las Aves de Chile, Braulio Araya M. y Guillermo Millie H. 
-Hanbok of de Bird of de World, Josep del Hoyo. 
-Ilustrated Checklist of The Bird of The World, Non Passerines, Josep del Hoyo Nigel J. Collar. 
-Las Aves de Chile su Conocimiento y sus CostumbresJ. D. Goodall, Alfredo Williams Johnson y Rodolfo A. Philippi Bañados. 
-Las Aves de Chile, Nueva Guía de Campo, Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes.
-Las Aves de Chile en su Clasificación Moderna, Su Vida y Costumbres, P. Rafael Housse.
-Lista Comentada de las Aves de Chile, Manuel Marín.
-Mamíferos de Chile, Agustín Iriarte Walton.
-Nueva Guía de Las Aves Argentinas, Tomos I y II, Fundación Acindar, Marcelo Canevari, Pablo Canevari, Gustavo Carrizo, Guillermo Harris, Jorge Rodriguez Mata y Roberto J.Straneck.
-The Birds of Chile and Adajenc Regions of Argentina, Bolivia and Perú, Tomos I y II, A.W. Johson.

El CÓNDOR rey de Los Andes

Crecí en un pueblo pequeño en el sur de Chile a los pies de un gran cerro cubierto de Avellanos y Robles de la Cordillera de la Costa de nombre Cayumanque, que quiere decir seis cóndores en idioma Mapudungun. Ya en esa época esas enorme aves de más de tres metros con sus alas extendidas, el más grande ser volador del planeta, se habían marchado de allí muchos año atrás, los más viejos tenían que buscar en lo más recóndito de su memoria para recordar algún Cóndor visto en su niñez a principios del siglo XX en la zona. Tuve que esperar muchos años para tener la oportunidad de conocer cara a cara al gigante de Los Andes en estado libre, fue en Santiago en el Cajón del Maipo una mañana de un sábado hace como unos 20 años en que junto a un grupo de amigos pedaleábamos en bicicleta de montaña, valga la redundancia, montaña arriba por el camino del Alfalfal que va colgado por el borde del Cajón del Colorado a mas de 100 metros sobre el río del mismo nombre, que en el silencio del esfuerzo, en un momento, voltee la mirada y vi como en cámara lenta planeando al lado nuestro a no más de unos 30 metros en el precipicio, varios Cóndores encabezados por un inmenso macho que circunspecto y flemático también volteaba su cabeza y nos observaba, se deslizaban por el aire como suspendidos en el viento en paralelo a nosotros que también avanzábamos, pero en dos ruedas, desaparecían en el abismo para luego volver a aparecer, y así unas  3 o 4 veces, el aire estaba cristalino y esos momentos me quedaron grabados para siempre. Fue una experiencia increíble, deslizarse en la montaña junto a esos mágicos seres de la cordillera, mirarnos a los ojos bien de cerca para luego marcharnos cada uno por su camino, para no volver a encontrarnos nunca más. Pensé que todo había sido obra de mi imaginación, pero los demás habían experimentado la misma mística  experiencia. Semanas  después cuando  pedaleábamos otra mañana por  el  mismo  lugar, vimos  a  Sergio Nuño con  todos sus equipos  de  televisión,  esperando por un 
similar encuentro, creo que los reyes de la montaña no volvieron a regalar un momento irrepetible como el que nosotros vivimos. Por ello es que me pone tan triste saber que hoy en día, así me cuentan unos amigos, para poder fotografiar tan de cerca a los Cóndores hay que acudir al basurero de la gran ciudad en la localidad de Montenegro en Til Til para encontrar allí un grupo de unos 40 de los otrora orgullosos amos de la montaña rebajados a escarbar como pordioseros entre los desperdicios de los restos de nuestra civilización con los que nosotros inconscientes inundamos el planeta. Nuestros pueblos originarios en una relación muy distinta con el gigante piensan que es el Rey de las Aves, para la cultura Mapuche el Manque a través de su imponente envergadura con sus colores blanco de las nieves eternas y con el negro de los precipicios de roca simboliza a la Cordillera de los Andes, para ellos esta ave simboliza las virtudes esenciales de su cultura reuniendo en si los atributos de Kimche o persona sabia, Norche del que ama la justicia, Kümeche que es la persona bondadosa y Newenche que es el fuerte, tanto por poseer reciedumbre espiritual como también física. Tan impresionante es este gigante que no solo es el ser volador más grande de la naturaleza sino que además es el que posee la capacidad de volar a la mayor altura, se dice que en su vuelo supera los 7.000 metros por encima de muchos de los altos picos de Los Andes. Las más antiguas culturas del continente Sudamericano ya rendían culto al Cóndor, así ocurre en Tiahuanco donde en la Puerta del Sol de unos 2.200 años se presenta al Cóndor como guardián de Viracocha que es el Dios Creador que emergió del Lago Titicaca. En los tiempos modernos también los fundadores de las nuevas repúblicas de Sudamericana consideran al Cóndor como un símbolo que encarna grandes virtudes, así ocurre con Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia que tienen al Cóndor en sus respectivos escudos nacionales. No hace muchos años el Cóndor habitaba a lo largo de la Cordillera de los Andes desde su nacimiento en Colombia en la Sierra de Santa Marta, hasta perderse en los confines del continente en el Cabo de Hornos en Chile, se le encontraba no sólo en la montañas sino también a la orilla del Oceano Pacifico. Este reinado del Cóndor sobre todas las aves puede observarse en el poema de Pablo Neruda titulado ODA A LAS AVES DE CHILE, donde el Premio Nobel "Pajarero" nos presenta al universo de la fauna alada de Las Aves que Viven en Chile y nos dice: "Aves de Chile, de plumaje negro, nacidas entre la cordillera y las espumas, aves hambrientas,  pájaros sombríos, cernícalos (Falco sparverius), halcones (Falco femoralis) (F. prergrinus)águilas (Geranoeatus melanoleucus) (Pandion haliaetus) de las islas, cóndores (Vultur gryphus) coronados por la nieve, pomposos buitres (Coragyps austratus) (Cathartes aura) enlutados, devoradores de carroña, dictadores del cielo, aves amargas, buscadoras de sangre, nutridas con serpientes, ladronas, brujas del monte, sangrientas majestades, admiro vuestro vuelo. Largo rato interrogo el espacio extendido buscando el movimiento de las alas: allí estáis, naves negras de aterradora altura, silenciosas estirpes asesinas, estrellas sanguinarias. En la costa la espuma sube al ala. Ácida luz salpica el vuelo de las aves marinas, rozando el agua cruzan migratorias, cierran de pronto el vuelo y caen como flechas sobre el volumen verde. Yo navegué sin tregua las orillas, el desdentado litoral, la calle entre las islas del océano, el grande mar Pacífico, rosa azul de pétalos rabiosos, y en el Golfo de Penas el cielo y el albatros (Diomedea exulans) (D. epomophora) (Thalassarche bulleri) (T. cauta salvini) (T. chrysostoma) (T.  melanophris)la soledad del aire y su medida,  la ola negra del cielo. Más allá, sacudido por olas y por alas, cormoranes (Phalacrocorax gaimardi) (P. bougainvillii) (P. brasilianus) (P. magellanicus) (P. atriceps)gaviotas (Larus dominicanus) (L. modesstus) (L. pipixcan) (L. serranus) (L. maculipennis) y piqueros (Sula variegata)el océano vuela, las abruptas rocas golpeadas por el mar se mueven palpitantes de pájaros, se desborda la luz, el crecimiento, atraviesa los mares hacia el norte el vuelo de la vida. Pero no sólo mares o tempestuosas cordilleras andinas procreadoras de pájaros terribles, eres, oh delicada patria mía: entre tus brazos verdes se deslizan las diucas (Diuca diuca) matutinas, van a misa vestidas con sus mantos diminutos, tordos (Curaeus curaeus) (Angelaius thilius) (Molothrus bonaerensi) ceremoniales y metálicos loros (Enicognathus leptorhynchus) (E. ferrugineus) (Cyanoliseus patagonus)el minúsculo sietecolores (Tachuris rubrigastra) de los pajonales, el queltehue (Vanellus chilensis) que al elevar el vuelo despliega su abanico de nieve blanca y negra, el canastero (Asthenes humicola) (A. pyrrholeuca) y el matacaballo (Crotophaga sulcirostris)el fringilo dorado (Carduelis barbata) (C. uropygialis)el jacamar (Galbula ruficauda) y el huilque (Turdus falcklandii)la torcaza (Patagioenas Columba araucana)el chincol (Zonotrichia capensis) y el chirigüe (Sicalis luteola) (S. olivancens) (S. auriventris)la tenca (Mimus thenca) cristalina, el zorzal (Turdus falcklandii) suave, el jilguero (Carduelis barbata) (C. uropygialis) que danza sobre el hilo de la música pura, el cisne austral (Cygnus melanocoryphus), nave de plata y enlutado terciopelo, la perdiz (Nothoprocta perdicaria) olorosa y el relámpago de los fosforescentes picaflores (Sephanoides sephanoides) (Patagona gigas) (Oreotrochilus leucopleurus) (Hodopis vesper)En la suave cintura de mi patria, entre las monarquías iracundas del volcán y el océano, aves de la dulzura, tocáis el sol, el aire, sois el temblor de un vuelo en el verano del agua a mediodía, rayos de luz violeta en la arboleda, campanitas redondas, pequeños aviadores polvorientos que regresan del polen, buzos en la espesura de la alfalfa. Oh vivo vuelo! Oh viviente hermosura! Oh multitud del trino. Aves de Chile, huracanadas naves carniceras o dulces y pequeñas criaturas de la flor y de las uvas, vuestros nidos construyen la fragante unidad del territorio: vuestras vidas errantes son el pueblo del cielo que nos canta, vuestro vuelo reúne las estrellas de la patria" (Los nombres cientificos fueron agregados). En los tiempos actuales, a pesar de ser tan admirado, el Cóndor se encuentra con serios problemas de conservación habiendo desaparecido de importantes extensiones del continente con lo cual no sólo se ve amenazada la supervivencia de esta especie sino también la desaparición de las virtudes fundamentales encarnadas en el rey de las aves, de la sabiduría, la justicia, la bondad y la disciplina. CÓNDOR
Biblografía:
Ricardo Rozzi, GUÍA MULTI-ÉTNICA DE AVES
Pablo Neruda, ODAS ELEMENTALES
Álvaro Jaramillo, AVES DE CHILE
Daniel Martínez Piña y Gonzálo Gonzalez Cifuentes, LAS AVES DE CHILE NUEVA GUÍA DE CAMPO

El Tordo Curaeus Curaeus, la flauta más dulce del paisaje chileno

Revisando la obra New World Blackbirds The Icterids de Alvaro Jaramillo, quizás el libro de ornitología más importante a nivel mundial escrito por chileno alguno, divago y razono sobre esta notable familia de espigadas aves, la gran mayoría vestida en gran parte de oscuro plumaje, la que esta compuesta por 103 especies, todas las que se distribuyen en la larga y loca geografía solo del continente americano, Jaramillo dice que son como los Arrendrajos del Viejo Mundo. Todo esto me lleva a concluir, por cierto desde un punto de vista muy personal y provinciano desde este último rincón del mundo,  que si bien hay Icteridos muchos más bellos que el Tordo, esta especie probablemente es la más importante pues es una de las que tiene más hermoso, completo y afinado canto. Su nombre científico es el melodioso Curaeus curaeus el que fue tomado en épocas pretéritas por el notable naturalista chileno Jesuita Abate Juan Ignacio Molina (uno de los antecesores de las ideas de Darwin sobre la evolución y citado en reiteradas oportunidades por este sabio en su magna obra, pilar fundamental del conocimiento humano) de la lengua de nuestro pueblo Mapuche, aludiendo a su canto dicen unos o aludiendo a su color negro dicen  otros (negro = kurü)En efecto, por ejemplo la Loica Sturnella loica del campo chileno, está hermosamente adornada con su incendiado pecho rojo, el Federal Amblyramphus holosericeus de los pajonales argentinos, con su cabeza y cuellos de fuerte color naranja fosforescente, o bien el Tricolored Blackbird Agelaius tricolor de California, con sus hombros elegantemente engalanados con charreteras de múltiples colores como oficial de algún ejercito de opereta, e incluso nuestro querido Trile (Agelaius thilius) que le da el nombre a Chile, que desde los humedales chilenos nos grita fuerte y movedizo con sus hombros color amarillo, pero ninguno de ellos canta como el negro lustroso Tordo, al que en los campos de Chile le dicen el Pituco, por su completo traje oscuro, hasta sus ojos, pico y patas son negros como el azabache, tanto en la hembra como en el macho. A diferencia del Mirlo (Molothrus bonaeriensis), este último de notables reflejos azul violeta, con el que no obstante ser de menor tamaño y de pico más corto, muchas veces se le confunde, aunque la hembra en esta última especie, es de color pardo, por cierto una inefable formula para distinguirlos fácilmente. Jaramillo nos hace ver respecto de su aspecto, de algo que es propio solamente de su especie entre los Icteridos, y son aquellas plumas puntiagudas de la garganta que le dan un apariencia barbuda y desordenada (la cual puede observarse en la fotografía que acompaña a este texto). Por todo ello,  quizás en el campo (aunque también vive en las ciudades y en gran variedad de paisajes) se le asemeja a un torvo personaje rural, de esos que en la antigüedad andaban con grandes sombreros negros alones portando afilados corvos al cinto de sus trajes y botas también negros. Cuando niño por allá por mis tierras chillanejas, imaginaba yo a uno de estos seres de antaño, al ver pasar impertérrito por el lado del jardín donde jugaba con mis pequeños hermanos, a un hombre grande a caballo, don Jacinto, el capataz del campo del lado, el que de tez muy obscura e inmensos y ojerosos ojos negros vestido siempre de oscuro arreaba al ganado en las tardes con un largo látigo, también negro, colgado al hombro. Pero no nos distraigamos, veamos la descripción del Pituco que hace el poeta Pablo Neruda, también gran pajarero, con su magistral manejo del idioma: "Al que me mire de frente lo mataré con dos cuchillos, con dos relámpagos de furia: con dos helados ojos negros. Yo no nací para cautivo. Tengo un ejército salvaje, una milicia militante, un batallón de balas negras: no hay sementera que resista. Vuelo, devoro, chillo y paso, caigo y remonto con mil alas: nada puede parar el brío, el orden negro de mis plumas. Tengo alma de palo quemado, plumaje puro de carbón: tengo el alma y el traje negros: por eso bailo en el aire blanco. Yo soy el negro Floridor." Pero no venía a hablarle yo de este aspecto un tanto misterioso que inspira el Tordo, más bien quería contarles de su notable música que canta solo o en coro de tres o mas individuos que van interviniendo uno tras otro, en acompasada melodía, probablemente incluso más maravillosa en esta familia, que la del mítico Matico o Turpial (Icterus icterus)a la que si le ponemos atención, veremos que las armoniosas y dulces notas de parte de su repertorio salido como de una flauta de bambú, nos llegaran hasta lo más profundo del alma. Permitanme hacer aquí un paréntesis y citar al maravilloso pintor norteamericano avecindado en Chile, Thomas Daskam, también como tantos otros artistas, un notable pajarero, quién sabiamente nos dice "que debemos ponerle atención a las aves porque ello hará que nuestras vidas se pongan más grandes". Y es verdad, déjenme contarles y vuelvo a la música del Tordo, que viviendo en Santiago, ajetreada capital de Chile, el Curaeus curaeus, muchas veces me ha sacado del trafago de mi mente que en su rutina pasa de una a otra preocupación de mi trabajo en el sistema financiero para transportarme quien sabe donde, a tierras imaginarias llenas del sol dorado de la tarde y de hojas de roble también doradas y olorosas, haciéndome así un gratuito paréntesis de inapreciable valor. Esto me ha ocurrido, y es absolutamente verdadero, caminando incluso por calles del pleno centro financiero de Santiago rodeado del smog y del ruido de mil motores, en que repentinamente y como por obra de magia un dulce canto de dos o tres frases las que constituyen su Canto Territorial, el que viene desde lo alto de un árbol deshojado, me inunda y me transporta como aire o más bien como agua cristalina y me rapta por algunos momentos a otra vida, por cierto mucho mejor que la mía. Los Huilliches creen que este canto traerá buena fortuna, para mi el amigo Tordo y se que para muchos, es un compañero fiel en este camino por la vida y pienso y si ... me ha traído buena fortuna. Mi abuela María, me contaba cuando niño, que el Tordo es un pájaro muy inteligente y que cuando ella era niña en Quillota había en su casa uno que andaba suelto por el jardín y que gozaba parándose sobre el portalón de servicio donde le silbaba a quién pasara por el frente, engañando a los incautos, los que pensaban, que alguna joven al servicio de la casa estaba flirteando con ellos. Cuando el seducido, que era normalmente el repartidor del lechero o del panadero, tocaba la campanilla de esa puerta, el ave se mataba de la risa y decía "toque en otra puerta que aqui no es" dejando en vergüenza al ingenuo, el que era objeto de multiples burlas de parte de las niñas. Mi suegro don Raúl, me confirma sobre su inteligencia y me cuenta que en su juventud rescató a un Tordo  de las aguas de un estanque por allá por Rivadavia en el valle del Elqui y que se lo trajo a Santiago poniéndole por nombre Moisés (el rescatado de las aguas). Me dice que este Pituco, lo acompañó por mucho tiempo hasta que fue víctima de un gato, y que era un gran hablador pudiendo repetir innumerables palabras en el vocablo de nosotros los humanos. Me cuenta además, que desde esa experiencia de juventud, también les tiene gran aprecio y admiración y que ha observado que cuando uno de ellos encuentra alimento le avisa a la bandada con un canto especial, la que luego se deja caer en grupo en el lugar.  Ficha: Tordo Curaeus Curaues       
Bibliografía:
-Alvaro Jaramillo, New World Blackbirds The Icterids, Helm Identificaction Guide.
-Alvaro Jaramillo, Aves de Chile.
-Daniel Martínez Piña y Gonzálo Cifuentes, Las Aves de Chile, Nueva Guia de Campo.
-Fray Félix José de Augusta, Diccionario Mapuche, Mapudungún-Español, Español-Mapudungun.
-Pablo Neruda, Arte de Pájaros.
-Ricardo Rozzi, Guía Multi-étnica de Aves de los Bosques Templados de Sudamérica Austral

CHUCAO

ORDEN: Passeriformes
FAMILIA: Rinocryptidae
NOMBRE CIENTIFICO: Scelorchilus rubecula

OTROS NOMBRES COMUNES:
EN CHILE:
Tricao
ORIGINARIOS DE AMÉRICA:
Mapudungun: Chukaw/ Chukau/ Traicau/ Chiduco/ Hitren/ Tricauco
EN OTROS PAÍSES DE AMÉRICA:
Argentina: Chucao

IDIOMAS DEL MUNDO:
Alemán: Rotkehl-Tapaculo/ Rotkehltapaculo (HBW)
Español: Tapaculo Chucao (HBW)/ Chucao/ Tapacola Chucao
Francés: Tapacule à Gorge Rouge/ Tourco Rougegorge (HBW)
Inglés: Chucao Tapaculo (HBW)/ Chuco Tapaculo
Italiano: Tapaculo di Chucao
MÁS IDIOMAS:
C
Checo: Štidlák cervenavý/ Štidlák červenkovitý
D
Danés: Chucao Tapaculo/ Chucao-tapaculo
E
Eslovaco: Turko Cervenohrdlý
F
Finés: Myyrätapakulo
H
Holandés: Roodkeeltapaculo/ Roodkeel-Tapaculo
J
Japonés: Munafuotatedori/ ムナフオタテドリ
N
Noruego: Rødstrupetapakulo
P
Polaco: Krytonos Rudogardly
R
Ruso: Зарянковый тапаколо

DISTRIBUCIÓN: Colchagua-Golfo de Penas
Sabiduría Popular: Chile:"Predice al caminante si el viaje será feliz o no"; "Ayuda a encontrar los animales extraviados";"Si su canto lo lanza por la derecha de la persona, buen augurio, si lo hace por la izquierda, malo" (Chiloé); "Cuando silva el Chucao anuncia buen tiempo" (Chiloé - San Juan); "Cuando el Chucao grita incansablemente y fastidiando es señal de que se avecinan temporales y lluvia" (Chiloé - Achao); muy parecido al anterior, los Huilliches dicen, "que cuando se oye el canto del Chucao en forma incansable y penetrante anuncia que habrá lluvias y temporales". "Al paso de un caminante, lanza un grito por el lado izquierdo o por detrás, le indica que en su viaje le irá muy mal y sería preferible regresar a su punto de partida. Pero si el grito viene por el lado derecho o por delante, significa que tendrá muy buen éxito, en los objetivos del viaje. El canto del Chucao, es agudo, fuerte y penetrante y no guarda relación con el diminuto tamaño del ave. Algunos afirman que cuando el grito proviene de la hembra, que emite un sonido más agudo, canto que se denomina huithral, las desgracias esperan durante o al término del camino. Pero cuando el que lanza su canto, más melodioso y con gorjeos, es el macho, indica buen augurio; en este caso el canto recibe el nombre de chiduco. Si al viajero, “le grita mal el pájaro”, que es la expresión usual en estos casos, y por tanto ya ha advertido de lo que podría acontecerle en el resto del viaje, puede contrarrestar los anuncios mágicos de su canto, si ellos son, por supuesto, desfavorables, lanzándole toda artillería de insultos obscenos. Ayuda también, según los entendidos, a deshacer el embrujo de su canto, el acto de sacarse la ropa y ponérsela al revés; o detener la marcha y en seguida girar en círculo tres veces, a lo ancho del camino, andando de izquierda a derecha. Leyendas semejantes a ésta, existen en diferentes partes del mundo; no pudiendo asegurar, por tanto, si los designios de nuestro Chucao, son propios o traídos desde fuera. (Chiloé Mitológico, Dr. Bernardo Quintanilla Mansilla)

Interesante: - En los antiguos matrimonios Huilliches, que se iniciaban con el rapto de la novia, la pareja regresaba del bosque una vez que el Chucao le deseaba buenaventura con su canto (Chiloé)

- Es sabido que el Chucao  con alguna reserva es un pajarito mas bien curioso que amistoso y que suele seguir a cierta distancia al caminante de la Selva Araucana, tal como lo hace el Zorro Culpeo, así se le describe en los libros de ornitología que hay tanto en  Chile como en Argentina, "... Se acerca a la gente que se interna en el bosque, llegando incluso a posarse a sus pies si permanecen quietas..." (Las Aves de Chile Nueva Guía de Campo, pág. 172), "... Suele acercarse para investigar al observador que permanece inmóvil..." (Nueva Guía de Las Aves Argentinas, pág. 337 Tomo II), "... otras veces es suficiente permanecer inmóvil durante algunos instantes para que el cheucau se adelante hasta pocos pies del observador en la forma más familiar" (Darwin en Chile, Viaje de un Naturalista Alrededor del Mundo, pág. 174). Personalmente yo viví una experiencia parecida con algunos de mis hijos recorriendo en La Patagonia los senderos del Queulat. No obastante lo anterior considero notable lo que describe Francisco Walker P. en su libro Aysén en la Memoria (pág. 192), donde hace el siguiente mágico relato ocurrido en una expedición de exploración de la rivera del Río Cuervo, "... A nuestro paso nos acompañaba el chucao, que a esas alturas ya era parte del grupo divirtiéndonos con su precioso canto. Es un pajarito muy curioso y lo demostró con nosotros: se subía a nuestras espaldas, a las mochilas, a las manos e incluso en la noche se metió en la carpa; no nos tenía miedo y de pronto me di cuenta de que quizás era la primera vez que veía a seres humanos ..."


Enlaces a artículos del Blog Las Aves que Viven en Chile relacionados con este tema:

AUDIOS GUILLERMO EGLI:

EL SEÑOR TUCÚQUERE

El Tucúquere forma parte de la Familia Strigidae que a su vez pertenece al Orden Strigiformes, familia que comprende a parte importante de los denominados Rapaces Nocturnos, esto es a los Búhos, el Chuncho, el Concón y el Nuco y que está presente en Chile con 6 especies de las 31 que existen en Sudamérica y de las 189 que existen en el planeta, otros dicen que son aproximadamente 134. Este grupo de aves se encuentra presente en todos los continentes, salvo en la Antártica y en algunas islas oceánicas. Los Búhos están íntimamente relacionados con el ser humano y con el folclore de muchas regiones, para los indios de la tribu Arikara, de las grandes praderas norteamericanas, el Búho era un pájaro benévolo, siendo uno de los 5 animales que ayudaban a la Madre Maíz a dar vida a la humanidad. Pero el aspecto mitológico más conocido del Búho es el de su sabiduría, normalmente se le caricaturiza con anteojos y sobrero de licenciado, lo que es un arquetipo extendido por todas las culturas occidentales. Más allá del evidente aspecto intelectual del Búho que le otorgan sus grandes ojos, esta idea la heredamos desde la antigua Grecia, donde era el compañero de la Diosa Atenea, que además de ser la Diosa de la Guerra era la Diosa de la Sabiduría ya que poseía el don de la profecía, por lo cual llegó a ser la patrona de los atenienses puesto que les ayudaba a tomar las decisiones más correctas para la polis. El Tucúquere, indudablemente es una de las aves más importante del bosque chileno y el único de orejas largas por estas latitudes, que son penachos de plumas en la corona que semejan cuernos o más bien orejas triangulares, se cree que quizás estas extrañas orejas lo ayudan a ocultarse al desfigurar su perfil, pienso que las utiliza para tomar así la temible forma de un felino con alas para intimidar a otros depredadores mamíferos. Desde luego, es el Búho más grande que habita en nuestro país, ambos sexos son semejantes, normalmente se le encuentra en pareja, pero también en solitario o en grupo, si bien la hembra es más robusta que el macho, se indica que los penachos de la corona serían más perpendiculares en el macho y más angulados en las hembras. Su presencia se impone en las noches de los campos de Chile, resulta impresionante verlo desplazarse enorme y silencioso en el claro obscuro del crepúsculo, recuerdo cuando niño verlo parado en el sauce del frente de mi casa, me producía cierto temor y respeto, como un sabio y viejo Chamán. Así ocurre también en las demás naciones vecinas, como en Argentina y Bolivia donde se le conoce por el musical nombre de Ñacurutú, de esa forma es conocido en los idiomas Mapudungun, Guaraní y Aimara. Desde hace muy poco, algunos expertos prefirieron tratarlo como una especie distinta del Bubo virginianus, que es el mayor y más fiero de los Búhos americanos, “su grandes ojos amarillos penetrantes y sus penachos prominentes en las orejas, ayudan a crear una apariencia intimidante”. Basándose en Kóning et al (1966) se le distingue por sus voces diferentes, también por el menor tamaño del Bubo magellanicus y además, dicen algunos su pie relativamente más pequeño y débil. En la zona de contacto de ambas especies en el Nor Oeste de Argentina se dice que ambos tienen comportamientos notoriamente diferentes, no así en Perú donde la situación es más compleja, en todo caso, los entendidos todavía no se ponen de acuerdo y es una situación que requiere de más estudio. Rara vez se le observa volando, en tal caso, las alas se ven largas, anchas y redondeadas. Es café grisáceo densamente barreado de obscuro, posee la cabeza grande, tiene el pecho amplio y fuertes garras. Resaltan sus grandes ojos amarillo rodeados por un disco facial pardo grisáceo. Posee y se desplaza en un vuelo silencioso, pues como todos los Búhos evitan hacer ruido al volar, puesto que tienen adaptaciones especiales en las principales plumas de sus alas, donde sus filamentos son independientes y carecen de barbas alternas, de modo que están flojamente unidos. Gracias a esta estructura se filtra un poco de aire a través de ellas y esto produce una capa de aire lento entre las bolsas de aire inmóviles y las rápidas corrientes, reduciendo así la turbulencia y el ruido. Los diseñadores de los aviones modernos han incluido en sus alas estas notables características para reducir el ruido en los aterrizajes y despegues lo que ha beneficiado mucho a los vecinos de los aeropuertos urbanos extendidos por todo el orbe. El tipo de vuelo es batido, entremezclado con planeo, el que casi siempre es rectilíneo. Como vocalización emite un grito profundo que inmediatamente nos recuerda su nombre, suele cantar durante la noche. Emite un sonoro silbido chirriante cuando disputa su territorio o su pareja. En cambio, posado sobre un árbol emite su característico ululato de voz profunda de donde proviene su onomatopéyico nombre Mapudungun Tukuu, se dice en el Pueblo Mapuche que cuando se escucha en la noche, esta voz parece invocar la densa neblina o trukur, después procede a emitir una nota final de carácter gutural y vibrante que es mucho más fuerte. Asociado a la Cordillera de los Andes, es una especie sedentaria, habita en multitud de ambientes y en diversos tipos de bosques y campos más abiertos, por ejemplo en Chile se le encuentra en matorral andino, matorral, oasis, tierras de cultivo, bosque abierto y estepa patagónica, necesita del campos abiertos para cazar y en cambio requiere de refugios en árboles, arbustos y acantilados para descansar durante la luz del día, ocasión en la que es muy tolerante y confiado para aceptar la cercanía del ser humano. Evita los bosques más densos o cerrados quedándose en el límite de ellos o en bosques bajos muy abiertos, por esto en América no se le encuentra en la selva tropical. Esta especie habita desde el centro del Perú, donde se le denomina Búho Americano, hasta el extremo sur de Chile, donde se distribuye desde Tarapacá a Tierra del Fuego, siendo más común en el territorio que corresponde a la porción sur de su rango. Llega incluso hasta el Cabo de Hornos donde recibe el nombre Yagán de Yahutéla. Según una antigua creencia de estos remotos habitantes del sur de Chile, serían cazadores que se convirtieron en Búhos. Dicen 

que en tiempos ancestrales, cuando los pájaros todavía eran seres humanos, un niño Yagán había perdido a su padre y vivía con su madre y un tío. El tío y los demás hombres del campamento nunca le daban buen alimento y este niño se encontraba muy delgado. Un día, al ver a su hijo tan cansado y con hambre, su madre le fabricó un par de kíli o sandalias de cuero, y le dijo que fuera él mismo a cazar guanacos. Después de cruzar una gran montaña cazó muchos de estos animales y trajo uno grande al campamento. Su madre estaba muy contenta y comenzaron a comer enormes trozos de carne. Excepto su madre, nadie creyó que el niño hubiese sido capaz de matar y transportar un guanaco hasta su akar o ruca. Al otro día los hombres incrédulos acompañaron al pequeño al lugar donde este había dejado los otros guanacos muertos. Todos quedaron sorprendidos al ver los animales cazados por el niño y cada yamana cargó uno para llevarlo de regreso al campamento. Sin embargo, cruzando la gran montaña los hombres se cansaban mucho porque los guanacos que trasportaban pesaban sobremanera. Sólo el niño caminaba rápidamente con su carga y regresó con ella temprano al akar donde lo esperaba su madre. En cambio, los hombres egoístas, cansados, avanzaban muy poco. Recién llegaron al campamento tarde en la media noche, sin carga y convertidos en Búhos. Desde ese día los yahutéla se acercan a los akar de los yáganes llamando en la noche tukúkere, tukúkere , … para luego retirarse a sus bosques o ashuna. Este Búho consume principalmente roedores, marsupiales y otros mamíferos pequeños y medianos, incluso se dice que hasta del tamaño de una liebre, además se alimenta de reptiles insectos, atrapa polillas atraídas por las luces, y además aves que captura mientras duermen, también se dice que peces. Es cazador nocturno de acecho. Como los otros Búhos y Rapaces Nocturnos, esta especie consume las presas pequeñas enteras y regurgita las partes indigeribles, como la piel y los huesos en forma de pelotas denominadas egagrópilas (ver artículo Egagrópilas de Las Aves que Viven en Chile, enlace al final de este artículo). En el extremo austral y en el altiplano también se ve obligado a cazar de día a plena luz. Es muy notable que sus pariente cercano, el Búho de Virginia, y otros Búhos europeos por las condiciones climáticas en las que viven, deshielan las presas congeladas incubándolas como si fueran huevos. No construye nidos y aprovecha depresiones rocosas en acantilados, huecos de tronco de árboles y nidos en desuso de Peucos y Aguiluchos.  Se le ha visto utilizar nidos todavía en uso de Cotorras, debe ser divertido verlo, se me ocurre como en un edificio de departamentos en el que los bajos son ocupados por las dicharacheras y ruidosas Cotorras, cuando en los altos habita el parsimonioso y tranquilo Señor Tucúquere. También suele ocupar depresiones y cuevas existentes en el suelo. Pone dos o tres huevos enteramente blancos y esféricos y el período de incubación es de 35 días. Cerca del nido puede tornarse muy agresivos, pudiendo ser incluso peligrosos, cuando se ve acorralado adopta una posición defensiva para verse más grande, en tal ocasión se engrifa con las alas abiertas y con la cabeza gacha. 

EnlaceTUCÚQUERE
1. ANIMAL, Dorling Kindersley. 
2. AVES ARGENTINAS, Tito Narosky y Marcelo Ruda Vega. 
3. AVES DE CHILE, Álvaro Jramillo, obra citada en bibliografía. 
4. AVES DEL MUNDO, Colin Harrison y Alan Greensmith. 
5. AVES DEL MUNDO, Sophie Napier, T.E.B. Taylor, Richard Betts, Vicki Harris, Jill Dorman y Charlotte de Grey. 
6. AVES RAPACES DE CHILE, Andrés Muñoz Pedreros, Jaime Rau Acuña y José Yañez Valenzuela, obra citada en bibliografía. 
7. AVES TORRES DEL PAINE, GUÍA DE CAMPO, Enrique Couve y Claudio Vidal, obra citada en bibliografía. 
8. BIRDS OF PATAGONIA, TIERRA DEL FUEGO & ANTARCTIC PENINSULA, Enrique Couve y Claudio Vidal, obra citada en bibliografía. 
9. ENCICLOPEDIA DE LOS ANIMALES, AVES, Joseph Forshaw. 
10. GUIA DE CAMPO COLLINS, AVES DE SUDAMÉRICA, Jorge Rodríguez Mata, Francisco Erize y Maurice Rumboll, obra citada en bibliografía. 
11. GUÍA DEL OBSERVADOR DE AVES, UNA GUÍA NATURAL DE LAS OBRAS DE EUROPA, Paul R. Ehrlich, David S. Dobkin, Darryl Wheye y Stuart L. Pimm, obra citada en bibliografía. 
12. GUÍA MULTI-ÉTNICA DE AVES DE LOS BOSQUES TEMPLADOS DE SUDAMÉRICA AUSTRAL, Ricardo Rozzi, obra citada en bibliografía. 
13. GUIA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LAS AVES DE ARGENTINA Y URUGUAY, Tito Narosky y Darío Yzurieta. 
14. LAS AVES DE CHILE NUEVA GUÍA DE CAMPO, Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes, obra citada en bibliografía. 
15. PÁJAROS DEL MUNDO, Rupert O. Matthews.
16. NUEVA GUÍA DE LAS AVES ARGENTINAS, Marcelo Canevari, Pablo Canevari, Gustavo Rodolfo Carrizo, Guillermo Harris, Jorge Rodríguez Mata y Roberto J. Straneck.